La normalización en el sector de la traducción – 3ª parte (la norma UNE-EN-15038 para Servicios de Traducción)

La normalización en el sector de la traducción

Bueno, bueno, parece que nos hemos vuelto a dilatar con la publicación de esta tercera y última entrada en torno a la
norma UNE-EN-15038 para Servicios de Traducción. Confiamos en que la espera habrá valido la pena.

Para los que todavía no lo habéis hecho, podéis consultar las dos primeras entradas en Parte 1 y Parte 2.

Hasta ahora hemos visto cómo se desarrolla una norma europea, quién, cómo y por qué se certifica según esta norma y para qué sirve una certificación, entre otros puntos de interés, disponibles en los enlaces a las entradas anteriores.

En esta tercera y última entrada en torno a la UNE-EN-15038 veremos para qué sirve la norma, cuál es su contenido y qué relación guarda la norma con la calidad lingüística.

¿Para qué sirve esta norma?

Con la aplicación de esta norma se pretenden lograr los objetivos siguientes:

  • establecer una herramienta para que los clientes puedan saber lo que entraña una traducción profesional y por qué hay traducciones que no se pueden encargar a cualquiera;
  • establecer un criterio de selección para que los clientes puedan saber qué servicio le puede ofrecer más garantías de seriedad y calidad;
  • establecer un criterio de selección para que los traductores autónomos sepan a qué atenerse cuando reciben encargos de empresas de traducción;
  • normalizar las relaciones entre los prestadores del servicio de traducción y los clientes, así como entre las empresas de traducción y los traductores autónomos, y finalmente
  • colocar la primera piedra hacia una mayor homogeneidad en la oferta y prestación de servicios de traducción en toda Europa y el todo el mundo, con una mayor transparencia para el cliente y una más fácil comparación entre las distintas ofertas.

¿Qué es lo que dice esta norma?

La norma se divide en varios capítulos y anexos:

Tras la introducción y descripción del alcance, se tratan los temas siguientes:

  1. Definiciones
    Listado de términos utilizados en la norma a efectos de homogeneizar su uso y evitar ambigüedades y malentendidos.
  2. Requisitos Básicos
    Se establecen los requisitos básicos de la prestación de servicios que tratan sobre la selección de los profesionales, de los revisores y correctores, sobre la disponibilidad de las herramientas informáticas necesarias y sobre la estructura mínima de la organización. También se especifican los procedimientos documentados necesarios para el tratamiento y la conservación de los documentos, la confidencialidad, el aseguramiento de la calidad y la estructura mínima interna con el reparto de responsabilidades.
  3. Relaciones entre clientes y proveedores
    Establece lo que debe convenirse entre el cliente y el proveedor, desde la confección de la oferta hasta la entrega y conservación de la documentación y las traducciones. Especifica la relación contractual y es extrapolable a los traductores que trabajan para una empresa, ya que a los efectos de la norma, el cliente es quien paga y el PST (prestador de servicios de traducción) quien hace la traducción (por lo que también se incluye la relación entre empresa de traducción como cliente y el traductor autónomo como proveedor).
  4. Procedimientos en los servicios de traducción
    En este capítulo se establecen los pasos que se deben seguir para la realización de un servicio completo y correcto, desde el análisis de la oferta y su viabilidad, pasando por la creación del equipo de traducción liderado por un Gestor de Proyectos, hasta la verificación final del cumplimiento de todos los requisitos a satisfacción del cliente y estableciendo asimismo las responsabilidades de cada etapa.
  5. Valores añadidos
    La norma se centra en el proceso pura y exclusivamente de la traducción, considerando como valores añadidos todas aquellas actividades relacionadas con la traducción que en muchos casos se llevan a cabo como especialidad del servicio (traducción jurada, maquetación, localización, subtitulación, etc.)
  6. Anexos
    Hay 5 anexos que ofrecen recomendaciones o informaciones adicionales sobre el punto al que hacen referencia. Son anexos sobre los posibles detalles que pueden registrarse durante el proyecto, los procesos técnicos previos a la traducción (segmentación, conversión, obtención de fuentes,…), el análisis del texto de partida (factores extratextuales e intratextuales, macroestructuras, microestructuras, etc.), el posible contenido de las guías de estilo necesarias para la realización de las traducciones, y finalmente una lista de los posibles servicios de valor añadido como los que hemos mencionado en el punto 5 más arriba.
  7. Finalmente se mencionan, entre otras referencias, las 4 normas oficiales que desaparecieron, junto con la norma de la EUATC, con la publicación de la nueva EN 15038 y que eran:
  • ÖN D 1200: Servicios de Traducción e Interpretación. Servicios de traducción. Requisitos para el servicio y para su prestación (Austria)
  • ÖN D 1201: Servicios de Traducción. Contratos de Traducción. Servicios de traducción e interpretación (Austria)
  • DIN 2345:1998 Contratos de traducción
  • UNI 10574:1996 Definición de servicios y actividades de traducción e interpretación en empresas.

Pero,… ¿Y la calidad lingüística?

En ningún momento se pretende con esta norma establecer la forma en que se produce o controla la calidad lingüística de la traducción. Al igual que la ISO 9001:2008 la nueva norma establece criterios para controlar los procedimientos, y no el producto final.

No es una norma de producto. El producto (la traducción) no se puede controlar ya que es fruto de una labor artística y, como sabemos, no hay dos iguales.
De hecho, lo máximo que podemos garantizar al cliente es que “la traducción no estará mal”. De ahí a que esté muy bien, excelente o maravillosa es una cuestión subjetiva que depende de otros factores.

La norma pretende que todos los pasos necesarios para producir una traducción se cumplan de la mejor manera posible, desde la selección de traductores, pasando por los controles necesarios, hasta la entrega final. Se da por supuesto que si lo hacemos bien, si disponemos de procesos adecuados y los cumplimos, la traducción no puede salir mal.

Es evidente que cualquier traductor es (o debería ser) capaz de producir una excelente traducción. No obstante, la mayoría de lo que actualmente se está demandando en el mercado queda fuera de las posibilidades de gestión de una sola persona. El fontanero arreglará un escape, pero para construir toda la casa hacen falta desde arquitectos hasta maquinaria pesada. Todos podemos superar una gripe con analgésicos, pero queda fuera de nuestras posibilidades operarnos de apendicitis.

Por eso, siempre habrá traducciones de todo tipo para todo tipo de traductores, y las que no puedan realizarse en casa, se realizarán en una empresa capacitada, y el traductor formará parte de un equipo que realizará una parte del encargo. Será un eslabón en una cadena de prestación de servicios, y lo que la norma hará es que esa cadena sea fuerte y no se rompa.

Por Miguel Núñez Ferrer.

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